jueves, 10 de marzo de 2011

Sesenta delfines se unen a la «maldición» de los animales muertos

“Un suceso de mortalidad inusual”. Eso es todo lo que por el momento se atreven a decir los expertos ante el goteo continuo de cadáveres de delfines que llegan a las costas del golfo de México, 60 hasta el momento, muchos de los cuales son crías que han nacido antes de tiempo. Un episodio más en un año de misteriosas muertes de animales en la zona.

EL CUERPO DE UN DELFÍN VARADO EN LA COSTA

La primera hipótesis, y la más lógica de todas, era que la muerte de los delfines estuviese relacionada con el vertido de petróleo que en abril de 2010 causó en el golfo de México la explosión de una plataforma petrolífera de BP. Sin embargo, dos evidencias han terminado por desconcertar a los investigadores: la primera de ellas es que ha pasado casi un año desde el siniestro. Y la segunda, que, al menos hasta ahora, no se han hallado restos de petróleo en los cadáveres.

A esto se une, además, que sólo se han visto afectados ejemplares de una especie de delfines (y de ningún otro animal), lo que invalidaría la hipótesis de la contaminación y refuerza la de que se trate de alguna enfermedad o incluso las bajas temperaturas en un invierno excesivamente frío, según "The Washington Post".

A diferencia de otras mortandades “inusuales” de animales registradas en los últimos meses en distintos puntos del globo, como la muerte en Arkansas de 5.000 aves que cayeron desplomadas al suelo el día de Nochevieja, en esta ocasión el parte de bajas ha sido un goteo continuo.

Primeros cadáveres

Los primeros cadáveres se localizaron el 15 de enero y desde entonces, en apenas cinco semanas, la lista no ha dejado de aumentar. A finales de esta semana eran ya 60. En muchos casos son crías con apenas uno o dos días de vida, víctimas de partos prematuros. ¿Qué está matando a los delfines del Golfo de México? ¿Qué está llevando a las hembras a abortar?

La portavoz de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, Blair Mase, aseguró a Reuters  que esta incomprensible mortandad ha activado la “situación de alarma” en este organismo, lo que supone que se destinarán todos los dispositivos disponibles para investigar este fenómeno.

Más de la mitad de los delfines muertos son crías, lo que añade un ingrediente más de incertidumbre a las investigaciones. También el hecho de que los cadáveres de estos mamíferos se hayan encontrado diseminados por casi 400 kilómetros de costas, entre playas, islas, marismas y pantanos a los largo de la costa de Luisiana.

Y un tercer  elemento a tener en cuenta: el pasado mes de diciembre aparecieron 100.000 peces muertos no muy lejos de ahí, en el río Arkansas, sin que por el momento tampoco se haya podido aclarar la causa. ¿Hay alguna relación?

Mortandad multiplicada por doce

Esta incomprensible “epidemia” en el Golfo de México ha multiplicado por doce la mortandad habitual en esta época del año y en esta zona, utilizada por cerca de 2.000 delfines hembra para dar a luz a sus crías. Además, en todo el año 2010 apenas se encontraron 89 de estos animales muertos.

El primer paso de los investigadores ha sido realizar necropsias a una veintena de cadáveres, aunque por el momento sólo seis de ellos estaban en condiciones de ser analizados, debido al alto grado de descomposición que presentaba el resto.

 “Estamos en máxima alerta porque cuando algo extraño ocurre con un grupo de delfines, que están al principio de la carrera alimenticia, el resto de la cadena alimenticia está afectada”, alerta Moby Solangi, director del Instituto de Estudios de Animales Marinos de Gulfport, Mississippi.

Fuente: La Razon

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