miércoles, 9 de marzo de 2011

Cocheros de Itagüí no sueltan las riendas - COLOMBIA

AUNQUE SE AGOTA el plazo para que no haya vehículos de tracción animal rodando, en Itagüí siguen circulando carretas y caballos como si nada. El proceso va lento.
Gustavo Ospina Zapata

Se llama Giovani Foronda y lleva 20 años en el oficio. Se llama Héctor Mira, tiene 57 años y está metido en la actividad desde los 4 años. "Me llamo Óscar Castaño y toda la vida trabajé en eso hasta que me enfermé y no pude más"... Es que con eso de ser cochero pasan dos cosas: o es tan bueno que la gente se amaña o es un karma del que no resulta fácil zafarse.

Héctor, por ejemplo, dice que desde niñito se montaba en el coche de su papá y ahí la nació la goma. Goma que después se le volvió el oficio con el que ha sobrevivido.

"No tengo esposa ni hijos, pero sí ayudo en mi casa, es mi actividad".

¡Claro!, no está atornillado a la carreta y al caballo y si le sale algo mejor, dejaría riendas y carreta, "pero como no me han dicho nada, sigo en esto", concluye.

Edison Rodas, en cambio, más joven y con menos tiempo en el oficio, no desea bajarse del coche. Aunque conoce muy bien los sinsabores, algo lo ata a la silla y prefiere seguir recorriendo las calles de Itagüí, llevando escombros y materiales de construcción, que es lo que suele transportar un cochero.

"En noviembre que iba a venir el Presidente (Uribe) nos reunieron en unas oficinas y una doctora dijo que nos teníamos que ocultar tres días, nos dio rabia, pero ella dijo que cuando uno invita a alguien a la casa lo primero que esconde es la basura, nos trató muy mal".

Sus compañeros lo respaldan, pero dicen estar dispuestos a esperar una solución, porque saben que generan ciertos problemas.

"Sí, el olor de los orines es fuerte, algunos no recogen los deshechos del piso y como andamos muy despacio, generamos problemas de movilidad", admite Dora Ramos, la única mujer cochera de la localidad.

Dichas y desdichas
Parqueados en el parque Brasil, al frente de la Cámara de Comercio del Aburrá Sur, los cocheros esperan clientes. Siempre habrá alguien que necesite botar escombros, transportar material o llevar una carga.

Y ese alguien siempre sabe que en este sitio está su parqueadero, el acopio donde huele a orines y excrementos de caballo, "porque todos no tienen la cultura de limpiar, la verdad no somos muy unidos", admiten Dora, Héctor, Óscar y Edison.

Ellos quieren una solución, porque se sienten como estorbos. Afirman que hay gente que los insulta por los supuestos maltratos a los animales. Dicen que a veces al Tránsito le da por "molestarlos" y que hay épocas en las que el trabajo es muy duro, "como en invierno, ahí toca mojarse porque hay que llevar plata a la casa", sostiene Diego Restrepo.

Muchos se quejan de dolores en la espalda y los riñones, de que no tienen seguridad social ni épocas de bonanza, como en otros oficios. En fin, son tal vez más los sinsabores que las dichas de ser cochero, aunque suene muy poético el nombre.

Pero así y todo, la Alcaldía, desde la Secretaría del Medio Ambiente, lidera un proyecto para sacarlos de las calles y cumplir con el Decreto 1666, que emplaza a todas las alcaldías de las ciudades grandes -e Itagüí lo es- a sacar los vehículos de tracción animal de las calles y darles opciones de empleo y supervivencia a los cocheros.

"Vamos a cumplir la ley, en la Alcaldía trabajamos en eso (ver recuadro)", explicó Ramón Rivera, subsecretario de Medio Ambiente.

En el cumplimiento de esa tarea, las administraciones de Medellín y Envigado han sido pioneras llegando con soluciones que dignifican el hombre y protegen los animales.

Fuente: El Colombiano

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