Un estudio realizado a nivel nacional con apoyo de la Unión Europea halla restos de PCP en el Júcar (Albufera), Ebro, Guadalquivir y Llobregat
J. SIERRA-VALENCIA (España) Los filtros solares utilizados masivamente en verano para protegerse de los rayos ultravioleta se han revelado como una de los grupos de sustancias con mayor y mas negativo impacto sobre los ecosistemas acuáticos.
Los peces de los ríos podrían tener problemas para reproducirse e incluso llegar a extinguirse, debido a la presencia en las aguas de algunos compuestos químicos que se utilizan en las cremas con filtros de protección solar (UVB y UVA) y otros cosméticos, ya que estas sustancias tienen un efecto de reducción endocrinológica, afectando a la fertilidad, según un estudio sobre la presencia de filtros UV en sedimentos y aguas superficiales de diversas cuencas realizado por investigadores del Idaea-CSIC.
El investigador del CSIC y director del Instituto Catalán de Investigaciones del Agua (ICRA), Damiá Barceló, explicó a Europa Press que los absorbentes de luz ultravioleta, están presentes en cremas solares, champús, textiles, etcétera, que se usan a diario y que «de momento no están regulados».
Así, se ha referido al 4 Metilobenzilideno de camfor (4MBC) y el Metoxiciamato de Etilbexilo (EHMC), dos compuestos que están preseleccionados para entrar el próximo año en la lista de sustancias controladas de la Comisión Europea pero que, al no estar regulados, las Confederaciones hidrográfica no están obligados a controlar.
Estas sustancias, conocidas genéricamente como PCP han sido encontradas en las aguas del Guadalquivir y en la zona de los Pirineos donde hay estaciones de esquí, así como en otras muestras tomadas en las cuencas del Júcar (Albufera) y Llobregat, es decir, que se observa una mayor cantidad en zonas con turismo intensivo.
Tal como avanzó el pasado mes de octubre Levante-EMV, el proyecto Scarce, en el que participan los principales centros de investigación y universidades españolas, está estudiando los efectos de estas sustancias en cuatro cuencas hidrográficas: Guadalquivir, Ebro, Júcar y Llobregat.
El responsable de la investigación advirtió que el abuso de estas sustancias podría llevar a extinguirse a algunas especies de ríos (...), por ejemplo, las truchas», y apuntó que ha subrayado que habrá que hacer más tratamientos al agua, así como cambiar los productos con estos químicos y depurar mejor las aguas.
Cambio de sexo
El coordinador del estudio considera que estos compuestos pueden producir un impacto ambiental sobre todo en el medio acuático, al producirse una disrupción endocrina que afecta al aparato reproductor de los peces a los que les aparecen efectos feminizantes y altera el tiroides —con un efecto parecido a la ingestión de estrógenos— ya que estos compuestos se acumulan sobre todo en los lípidos.
En todo caso, a pesar de que está prohibido para el uso infantil en Dinamarca, Barceló asegura que estas cantidades son inofensivas para el uso humano ya que se necesitaría beber 100.000 litros de agua para que se produzca en un ser humano una función estrogénica.
Fuente: levante-emv.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario