Como un fenómeno en expansión, cada vez más fábricas, hospitales, comercios, grandes empresas y hasta estaciones de trenes y ómnibus de la ciudad de Córdoba contratan servicios privados para retirar perros y gatos callejeros de sus instalaciones, ya sea para cumplir reglamentos internos, proteger la imagen empresarial o evitar que clientes y empleados sufran mordeduras o contagio de enfermedades (posibles de juicios por responsabilidad civil).
Algunas mascotas aprehendidas son "comunitarias", cuidadas por los empleados de las empresas e instituciones que solicitan su retiro. Los empleados se oponen a las capturas y se lamentan porque no saben dónde las llevan ni qué destino corren, aunque temen que sean sacrificadas. Hay personas que aseguran que los perros más difíciles de capturar son maltratados y mueren ahorcados.
Aunque no tienen pruebas, los proteccionistas denuncian la existencia de empresas de control de plagas que efectúan razias de perros y gatos en industrias, hipermercados e instituciones públicas y advierten que la captura es ilegal porque no son plagas. Además, critican la ausencia de políticas estatales para evitar la proliferación de mascotas vagabundas.
Varios "mascoteros" juran haber visto vehículos que atrapan canes en plafones de empresas y lugares públicos, y asocian estas imágenes con el regreso de la "perrera" municipal. En tanto, la protectora Patitas de Perros recibe e-mails por las continuas desapariciones de perros "comunitarios" y hay menciones a la "perrera".
Pero Cristina Evequoz (de la protectora Mi Cucha) aclara que los móviles pertenecen a empresas de control de plagas. Según Mónica Videla (Salvar), estas acciones cobraron auge desde 2008 cuando la "perrera" aminoró su actividad a raíz de las críticas vecinales.
"No sabemos qué les ocurre a los perros, pero sí que quienes contratan el servicio piden garantías para que no vuelvan", comentaron los proteccionistas Julieta Kohan (Patitas de Perros), Jimena Ardini (Amigos del Mejor Amigo), Silvia Sastre (Mesa de Proteccionistas), Gabriel Sasia (Animal Soy), Videla y Evequoz.
Intentando justificar la importancia de su servicio, las empresas de control de plagas se escudan en la "falta de responsabilidad del municipio, que no levanta mascotas" a solicitud de terceros ni las asiste en refugios.
Germán Gaboto, de la Asociación de Profesionales de Control de Plagas Urbanas del Centro, precisó que hay 120 empresas en la Capital abocadas al rubro: 50 habilitadas por el municipio, que cumplen las normas exigidas, más de 40 sin autorización que funcionan igual y casi 30 que no iniciaron trámites de permisos ni poseen identificación.
Gaboto exigió que se regule el trabajo de las empresas del rubro en relación con perros y gatos sueltos. "El problema va en aumento y el Estado no se responsabiliza; si hay perros en un hospital, alguien debe sacarlos porque existe riesgo sanitario", ponderó.
Capturar o no capturar. La Voz del Interior consultó a numerosas empresas de control de plagas si atrapaban perros y gatos a pedido de terceros. La mayoría respondió que "no" y que sólo trabajan con roedores, insectos y otras plagas. Sin embargo, varias reconocieron que capturan perros, los cargan en vehículos y, sin lastimarlos, los sueltan en la avenida Circunvalación, zonas despobladas, campos, rutas y el río. Otras comentaron que los entregan a "gente responsable o a las protectoras" para que los cuiden.
Para los prendimientos de perros se usan lazos, barras de ajuste, trampas y jaulas. Los canes más agresivos son calmados con sedantes en la comida y atados. Los proteccionistas dicen que las capturas se hacen de noche y fines de semana, con suma discreción para no provocar reacciones de vecinos. También cuestionan que, en general, las personas no están entrenadas para agarrarlos.
Aunque suene cruel, una empresa admitió que la contrataban "para envenenar gatos". Otras dijeron que los atrapan y liberan en otros sitios.
Las empresas revelan que hay consultas frecuentes. Y hasta realizan sugerencias para evitar el ingreso y la permanencia de mascotas vagabundas: cerramientos de predios con alambrado o uso de pirotecnia para asustarlas.
Gaboto dijo que muchas empresas capturan perros con un "protocolo" definido y sin métodos cruentos, "para no incurrir en maltrato animal". Sostuvo que lo correcto es llevarlos a veterinarios para que certifiquen su salud y entregarlos a protectoras (hoy saturadas en su capacidad) para que los den en adopción, además de proveerles alimento balanceado.
Por razones de dinero o para no perder clientes, hay firmas que aceptan aprehender perros y luego abandonarlos (cuando no eliminarlos) pese a estar prohibido, superando todo límite ético y exponiéndose a condenas judiciales. "Si se enteran que capturás perros y los largás a 100 kilómetros, salís en todos los diarios y vas en cana, igual que quien te contrató", confesó un empleado. "Si los matás, vas a tener serios problemas", remarcó otro.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/polemica-por-la-actuacion-de-perreras-privadas
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