Ser veterinario es aproximarse a los instintos. Es perder los miedos. Es ganar amigos de pelos y plumas, que jamás te van ha decepcionar.
Ser veterinario es detestar encierros y jaulas. Es perder un tiempo enorme apreciando rebaños, tropillas, y vuelos de pájaros. Es descubrirse permanentemente, a si mismo, a través de los animales.
Ser veterinario es ser capaz de entender meneos de colas, arañazos cariñosos y mordiscos de afecto..
Ser veterinario es ser capaz de entender ojos tristes, orejas caídas, narices calientes, inquietudes o reposos anormales.
Ser veterinario es entender el lenguaje corporal de los animales, pedidos mudos de ayuda, interpretar gestos y actitudes de dolor, y conocer la forma de aliviarlos. Es sentir olor de pelo mojado, de almohada con esencia de gato, de ovejas, de corral, de estiércol.
Ser veterinario es tener el coraje de penetrar en un mundo diferente y ser igual. Es tener capacidad de comprender gratitudes mudas, más sin duda alguna, las únicas verdaderas. Es oler el aliento de un cachorro lactante y recordar su propia niñez.
Ser veterinario es convivir lado a lado con enseñanzas profundas sobre amor y vida.
Ser veterinario es participar diariamente del milagro de la vida. Es convivir con la muerte, saber que es definitiva, pero no siempre desagradable.
Todos nosotros podemos estudiar veterinaria, pero no todos seremos veterinarios.
¡¡FELIZ DÍA PARA TODOS LOS VETERINARIOS QUE TRABAJAN CON VOCACION Y COMPROMISO PARA AYUDAR A LOS MAS INDEFENSOS!!
1 comentario:
lástima que para la mayoría de los veterinarios es un negocio.
me contaron la historia de un estudiante de veterinaria que trabajaba lavando perros, un día le llevaron uno y este no se dejaba bañar. el chico no tuvo mejor idea que pegarle con el puño en la cabeza para que se quedara quieto. al poco tiempo los dueños del perro fueron a consultarle por unas dolencias del perro, el chico sabía muy bien que lo que esa gente decía era por los golpes que él mismo le dio al perro. obviamente ni lo contó a los dueños... no me acuerdo bien, pero el perro se murió. después de eso, nunca más lleve a mi perrita a que la bañaran en otro lado, lo hice yo misma, aunque fuera cansador, incluso para ella, pero ella confiaba en mí, que en paz descanse :'(
me acuerdo haberla llevado al veterinario de mi barrio para bañarla y lo hacía un chico... cuando la busqué él estaba muy nervioso... no me gustó nada su actitud, se lo veía fastidiado. seguro que le pegó a mi perrita, cuando ni yo lo hacía!
saludos desde córdoba
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