"Cerrado por melancolía" y "El Gobierno Justificó el cierre"

Edificio donde funciono el Primer Hospital Veterinario Público
de Argentina.

Notas realizadas en el año 2007

El Hospital Veterinario Público funcionó mal y durante poco más de 40 días. Mientras el Gobierno criticó su inaguración, hecha bajo la presión de CQC. Hay un plan para reactivarlo en el que participa Raúl Portal.
Jorge Telerman y el ministro Juan Manuel Velasco inaguraron de apuro a fines de noviembre último el primer -y efímero- Hospital Público Veterinario en la historia de la Ciudad. Faltaban apenas dos semanas para que Mauricio Macri y su ministro de Espacio Pùblico y Medio Ambiente, Juan Pablo Piccardo, los reemplazaran. Cumplieron así, el compromiso que habían contraído frente a las cámaras de CQC. Se trata de un edificio de 950 metros cuadrados cubiertos en Barracas, sobre la calle California entre Hornos y Herrera, debajo de la autopista que va a Avellaneda. Un lugar inmejorable para el uso para el que se planeó: lejos de vecinos a los cuales ocasionales ladridos puedan importunar. Incluye sectores de atención ambulatoria, consultorios, rayos X, ecografía, zonas de internación y quirófanos. Y áreas pensadas para una peluquería canina y un café.

Al frente del nosocomio dejaron a Daniel Heller -un veterinario de la zona- con un plantel mínimo y casi sin equipamiento. Mientras sonaban airadas protestas del Consejo Profesional de Veterinarios de la Ciudad, que acusó al hospital de competencia desleal, Macri lo cerró. Heller le dijo a NU que el comité que tenía la misión de supervisar las actividades del hospital nunca funcionó porque las 14 entidades protectoras que tenían que conformarlo “se pelaron por plata”. Lo cierto es que algunas de esas sociedades protectoras son sellos de goma y/o casillas de internet. Y que a las trabajadoras de MAPA, la entidad para la que se planeó originalmente el hospital, ni siquiera se las invitó a participar de esas reuniones.

Ellas, con el auspicio del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), se constituyeron como Cooperativa de Trabajo Hospital Veterinario Ex empleados de MAPA Ltda. y aguardan, esperanzadas, una solución. En la práctica el hospital nunca funcionó como tal. Durante los días hábiles de poco más de un mes ofreció una “atención primaria” y derivó los animales hacia las veterinarias de la zona ya que “virtualmente no teníamos nada”, explicó Heller, quién reconoció estar haciendo febriles gestiones ante el ministro Piccardo, para reconducir el proyecto en compañia Raúl Portal, que pronto conducirá un programa llamado “El Portal de las mascotas” por Canal 13. “Un hospital público no es viable porque no podemos pedir certificados de pobreza, y en la práctica vendrían a atender sus mascotas en él no sólo los vecinos de Barracas y Avellaneda, sino también los de Puerto Madero”, dijo Heller. Y seguidamente adelantó que el Gobierno de Macri, tras comprobar que tanto se destine el pequeño Hospital a animales o a personas deberá invertir “un millón y medio de pesos para que el hospital comience a funcionar y otro medio millón por año” entre sueldos e insumos. Este asunto crucial fue ratificado por la vocera del Ministerio, Verónica López Quesada.

Heller dijo percibir al ministro Piccardo proclive a establecer allí un ambulatorio para los vecinos. En cambio, él y Portal, siguió diciendo, continúan intentando que el lugar funcione como un centro de atención primaria para animales, con caniles para perros abandonados en un predio de Villa Lugano, “cerca del Parque Roca, por la calle Dellepiane al fondo”. El plan es que que desde su programa, Portal ofrezca en adopción a los animales curados. Heller argumentó que hay muchos perros abandonados y que el hospital veterinario debe funcionar en estrecha coordinación con el Instituto Pasteur para hacer campañas de vacunación y castración de perros y gatos callejeros, y conseguirles hogar cuando menos a los canes. En esto coincide con Rocío Torres Varde, de MAPA, que expresa: “Nosotros cumplimos una función que el Gobierno no cumple: atender a los animales accidentados de la calle o de gente pobre. No somos un gasto, somos una solución porque nos autoabastecemos con donaciones de medicamentos, y nuestro trabajo lo cobramos, cuando podemos, con el más módico de los aranceles… porque siempre que tengamos medicamentos, los ofrecemos y damos aunque los dueños de los animales no tengan dinero o se trate de animales abandonados. En fin, que ayudamos a controlar las zoonosis como la rabia (que puede volver), la sana, la leptospirosis y la toxoplasmosis. Y no necesitamos sueldos del Estado, lo único que necesitamos es un lugar para trabajar”. Parece mentira que un pedido tan lógico y sencillo no pueda ser satisfecho.

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"El gobierno justificó el cierre"

El Gobierno criticó ácidamente la inauguración del Hospital Veterinario. Dijo que aunque ese día “se anunció que iba a prestar servicios de internación, quirófano y rayos X (…) debido a la ausencia de elementos y equipamiento, sólo se hizo diagnóstico a ojo y derivación a veterinarias de la zona”. El edificio, agregó, presenta evidentes fallas de diseño, que entre otras cosas daba mas espacio a la peluquería canina y al bar que al quirófano, puntualizó en una gacetilla el Ministerio de Espacio Público y Medio Ambiente. Tampoco encontró “fundamentos legales y normativos que justifiquen que la Ciudad tenga un Hospital Veterinario público y gratuito”.

El Gobierno se quejó de haber recibido un “edificio vacío, con deudas, siete empleados que nunca cobraron su sueldo, aún habiendo trabajado desde antes de la inauguración sin ningún tipo de recurso, presupuesto, materiales y equipamiento” y recordó “que la Ciudad cuenta con instituciones que proveen servicios similares a los que se proyectaron para este hospital, en forma gratuita o con costos bajos”, entre ellos el Instituto Pasteur y el Hospital escuela de la Facultad de Veterinaria de la UBA. También adelantó el gobierno que “está renovando un convenio con la Reserva Ecológica y el Instituto Pasteur para la captura, esterilización y posterior guarda de los animales en refugios”.

En transparente alusión a las negociaciones que mantiene con el tándem Heller- Portal, reveló por fin que “en pos de dar una atención a la gente que realmente necesitaría servicios gratuitos para sus mascotas y a pesar de que no existe una obligación en este sentido, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público está en conversaciones con los profesionales veterinarios de la ciudad para ver la posibilidad de atender en los distintos barrios y en forma gratuita a jubilados, personas de bajos recursos y entidades protectoras de animales, debidamente registradas y en regla”.

Fuente: www.noticiasurbanas.com.ar