La violencia doméstica generalmente afecta a los más indefensos, a los niños y a los animales y es de manera frecuente. Los adultos que descuidan las necesidades mas básicas de un animal o lo maltratan, muy probablemente también lo harán con sus hijos. Este tipo de personas saben muy bien que maltratar a un niño en la calle no causa tanta reprobación como el maltratar a un animal públicamente.
El 88% de 57 familias de New Jersey que están en terapia por maltrato a menores, admiten haber maltratado a sus animales de compañía también.
El 83% de 23 familias británicas que fueron acusadas por maltrato o descuido a sus animales, fueron identificadas por los especialistas como riesgosas para sus propios hijos.
En un estudio practicado a mujeres golpeadas se encontró que el 57% de ellas había declarado que sus parejas habían matado o golpeado también a sus animales de compañía. Una de cada cuatro confesó haberse quedado con la pareja por temor a dejar al animal de compañía con él.
Mientras que el abuso a los animales es una señal de alerta que indica maltrato infantil, los padres no son siempre los que maltratan a los animales. Los niños que maltratan animales están probablemente repitiendo una lección aprendida en casa, tal como sus padres, reaccionan al enojo o a la frustración con violencia y esta violencia recae en el único miembro de la familia más vulnerable que ellos: el animal de compañía.
Un experto comentó: “Los niños que viven un ambiente violento se caracterizan por participar en corretizas en las cuales lastiman o incluso llegan a matar a un animal. De hecho, la violencia familiar es como una escuela donde los niños aprenden para ejercer posteriormente el maltrato hacia los animales y probablemente en un futuro hacia otros seres humanos.
Fuente: GEPDA
15 de mayo de 2010
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