Por Leonora Esquivel Frías
En la premier de está película, protagonizada por Kevin James, varios activistas defensores de los animales protestaron por el maltrato que sufrieron algunos personajes no humanos.
La jirafa Tweet, se desplomó y murió después de la filmación. De acuerdo con PETA (Personas por el Trato Ético a los Animales), “Tweet pasó sus últimos meses confinada a una jaula demasiado corta para su altura. (Ella medía 5 metros y medio y su jaula era de 6 metros), casi no tenía espacio para echarse. En su habitat, las jirafas viven en espacios de hasta mil metros cuadrados”.
Además de los manifestantes, muchos críticos de cine tampoco simpatizaron con El guardián del zoológico. En Los Angeles Times se publicó que “pareciera que un grupo de animales majestuosos sólo resultan interesantes cuando deambulan amontonados y sin dirección.”
La otra actiz de la película, Rosario Dawson declaró: “Todos eran animales salvajes, los gorilas estaban en otro zoológico y tenían que estar separados de los osos todo el tiempo. Eso hacía muy gracioso que al final de la edición en la película aparecieran juntos conversando. Cualquiera puede darse cuenta de que eso no es posible en la vida real”.
Los espectadores tal vez no sepan que la presencia de la American Humane Association (AHA) en el set, no garantiza que los animales no sean explotados, golpeados, lastimados o matados durante la producción. Los representantes de AHA sólo monitorean lo que ocurra durante la filmación, no en las sesiones de entrenamiento o fuera de cámara, que es cuando sucede la mayoría de los maltratos.
Más allá de los comentarios de los críticos que la catalogan como “mala y aburrida”, PETA insta al público a boicotear esta película por fomentar el cautiverio de los animales y presentarlo como si fuera divertido para ellos.
El director Frank Coraci se defiende de las críticas y alega que se trató a los animales “con respeto y con amor”.
Los humanos tenemos un extraño sentido del respeto y del amor cuando decimos profesarlo a pesar de violentar los intereses básicos del “ser amado”. No podemos amar a los animales mientras los tengamos como piezas de museo en un zoológico para divertirnos a su costa. No se puede respetar a alguien si lo mantenemos preso por un carpicho de nuestra especie.
Tanto “Agua para elefantes” como “El guardián del zoológico” son películas que reafirman la idea del cautiverio de los animales como positiva, sin considerar el sufrimiento físico y psicológico que este les causa.
Una película puede ser mala por la pobreza de su argumento o lo deficiente de las actuaciones y eso no hace daño a nadie, es sólo una pérdida de tiempo y de dinero; pero una película que lanza un mensaje distorsionado y engañoso, donde los protagonistas no son voluntarios y viven encerrados toda su vida, nos invita al boicot y a la reflexión sobre lo equivocado de nuestra actitud hacia el resto de los animales.
La jirafa Tweet, se desplomó y murió después de la filmación. De acuerdo con PETA (Personas por el Trato Ético a los Animales), “Tweet pasó sus últimos meses confinada a una jaula demasiado corta para su altura. (Ella medía 5 metros y medio y su jaula era de 6 metros), casi no tenía espacio para echarse. En su habitat, las jirafas viven en espacios de hasta mil metros cuadrados”.
Además de los manifestantes, muchos críticos de cine tampoco simpatizaron con El guardián del zoológico. En Los Angeles Times se publicó que “pareciera que un grupo de animales majestuosos sólo resultan interesantes cuando deambulan amontonados y sin dirección.”
La otra actiz de la película, Rosario Dawson declaró: “Todos eran animales salvajes, los gorilas estaban en otro zoológico y tenían que estar separados de los osos todo el tiempo. Eso hacía muy gracioso que al final de la edición en la película aparecieran juntos conversando. Cualquiera puede darse cuenta de que eso no es posible en la vida real”.
Los espectadores tal vez no sepan que la presencia de la American Humane Association (AHA) en el set, no garantiza que los animales no sean explotados, golpeados, lastimados o matados durante la producción. Los representantes de AHA sólo monitorean lo que ocurra durante la filmación, no en las sesiones de entrenamiento o fuera de cámara, que es cuando sucede la mayoría de los maltratos.
Más allá de los comentarios de los críticos que la catalogan como “mala y aburrida”, PETA insta al público a boicotear esta película por fomentar el cautiverio de los animales y presentarlo como si fuera divertido para ellos.
El director Frank Coraci se defiende de las críticas y alega que se trató a los animales “con respeto y con amor”.
Los humanos tenemos un extraño sentido del respeto y del amor cuando decimos profesarlo a pesar de violentar los intereses básicos del “ser amado”. No podemos amar a los animales mientras los tengamos como piezas de museo en un zoológico para divertirnos a su costa. No se puede respetar a alguien si lo mantenemos preso por un carpicho de nuestra especie.
Tanto “Agua para elefantes” como “El guardián del zoológico” son películas que reafirman la idea del cautiverio de los animales como positiva, sin considerar el sufrimiento físico y psicológico que este les causa.
Una película puede ser mala por la pobreza de su argumento o lo deficiente de las actuaciones y eso no hace daño a nadie, es sólo una pérdida de tiempo y de dinero; pero una película que lanza un mensaje distorsionado y engañoso, donde los protagonistas no son voluntarios y viven encerrados toda su vida, nos invita al boicot y a la reflexión sobre lo equivocado de nuestra actitud hacia el resto de los animales.
12 de julio 2011
Fuente: El Mercurio Digital
Fuente: El Mercurio Digital
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