viernes, 15 de abril de 2011

Indigencia, no solo la sufren los humanos!

El 14 de abril caminado por la Ciudad de Buenos Aires, exactamente por la calle Libertad nos encontramos con un señor que vive en la calle. Esta es una imagen frecuente en nuestra ciudad, donde ya la mayoría de los porteños lo ve como algo cotidiano, pero es algo vergonzoso tanto para el Gobierno de la Ciudad como para el Gobierno Nacional y también para toda la sociedad que tolera y deja que esto siga ocurriendo y lo peor de todo es que hay mas de un porteño que los discrimina y margina por ser pobres, pero la verdad que todos los que discriminan son pobres de alma y corazón, y ellos deberían aprender de los animales no humanos que estan junto a nosotros en las buenas y en las malas. Este es un tema que da mucho para hablar, pero lo que hoy queremos contarles es que cuando estábamos caminando frente al Teatro Colon este señor estaba como lo ven en la imagen, sentado dándole de comer (compartiendo su poca comida) con sus dos mejores amigos perrunos!!! Y esto nos deja pensando, reflexionando, y valorando todo lo que tenemos, porque ellos a pesar de no tener NADA!! Tienen lo mas importante que un animal debe tener, que es amor, lealtad y amigos con quien contar en las buenas y en las malas, pero igual no quita que ellos necesitan ayuda y debe ser brindada de forma urgente.
Como verán los tres están en buenas condiciones físicas, justamente uno de nosotros tenia una bolsa con un kilo de alimento para perros y se lo dimos, y muy gentilmente lo acepto y lo guardo para darles de comer después. A veces los pequeños actos pueden ayudar mucho y son bien valorados.

Nosotros luchamos por una Argentina que defienda y respete los derechos de TODOS los animales humanos y no humanos, y seguiremos luchando hasta lograrlo!!!!

Saludos cordiales,

Equipo de AnimalitruS


"Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo. Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo. Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos. Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, mas allá de la muerte"

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