lunes, 4 de abril de 2011

Dr. Lencinas del Zoonosis Pasteur, defendiendo al MICROCHIP EN ANIMALES en el año 2001, a sacar conclusiones!!!


Dr. Lencinas Director del
Centro de Zoonosis Luis Pasteur de
Ciudad de Buenos Aires.

Un proyecto del Instituto Pasteur

Perros y gatos usarían un documento
Las mascotas porteñas deberían llevar un chip electrónico con una base de datos completa sobre el ejemplar

Miércoles 7 de marzo de 2001

El proyecto del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur para identificar a los perros y a los gatos de la ciudad volvió a cobrar fuerza. Se trata de un microchip que se les aplicará a los animales debajo de la piel, mediante una inyección subcutánea entre las escápulas. En el chip figurará el número con el cual fue identificado, quién es su dueño, la raza, el sexo, la edad, las enfermedades que contrajo, si tiene antecedentes de agresión a personas y si fue vacunado y desparasitado, entre otros datos.

Pero este proyecto no es novedoso. En realidad, está contemplado dentro de la ley básica de salud (Ley 153) del Gobierno de la Ciudad -cuya sanción se espera este año-, que incluirá un aspecto dedicado a las zoonosis, es decir, las enfermedades transmisibles del animal al humano.

El proceso de la identificación a través del artefacto electrónico tiene varios aspectos: es un procedimiento indoloro, inviolable, no se desplaza por el cuerpo del animal y serviría tanto para mantener al día los datos de las mascotas y de sus dueños como para encontrar fácilmente a aquellos que se hayan perdido. Sin embargo, para muchos genera diversas dudas.

"¿Qué finalidad tiene esto?", se preguntó Eduardo Castello, director del centro veterinario San Marcos, situado frente al Instituto Pasteur. Para él, este proyecto representa una gran preocupación. "Si lo único que se busca es recaudar un impuesto, esta medida es un perjuicio", aseguró el médico veterinario.

Como el chip minúsculo y su aplicación tendrán un costo, el Gobierno de la Ciudad se haría cargo de colocárselo a los animales de las personas con bajos recursos económicos.

"El precio para los usuarios no será importante. Estará al nivel de una consulta veterinaria", aseguró Oscar Lencinas, director del Pasteur.

El doctor Rubén Mario Gatti, integrante del Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de la Ciudad de Buenos Aires, aclaró que esa entidad fija la consulta veterinaria en un valor mínimo -ético- de 15 pesos.

Sin embargo, Castello remarcó que quienes se encargan de recoger animales en la calle, y en consecuencia, tienen varios perros y gatos, deberían pagar sumas muy altas. "Para ellos debería haber una consideración, porque si sólo se piensa en recaudar es perjudicial para el dueño -que deberá pagar una fortuna- y también para el animal", dijo el médico veterinario.

Para hacer realidad esta iniciativa hará falta que todos los veterinarios matriculados vuelquen la información consignada en el momento de aplicar el microchip en un Registro Unico que, según el doctor Lencinas, funcionará en el Instituto Pasteur. Este completará su proceso de informatización a mediados del actual año.

Fácil identificación
El microchip mide 11 milímetros de largo por dos de ancho y tiene un número que se lee con un lector especial. Lencinas dijo que gracias a este sistema se podrá hacer un seguimiento de cada animal, llevar un control y hasta realizar censos por barrio.
Actualmente hay unos 680 mil perros y gatos en Buenos Aires, con dueño o sin él.

"Estamos evaluando un sistema compatible, para que las empresas puedan competir libremente y posibilitar la decodificación de la información del chip mediante los lectores", expresó Lencinas.

Para el doctor Gatti, la garantía de que todos los microchips puedan ser leídos con la misma máquina es esencial al sistema. "Las empresas postulantes tendrían que respetar estándares y participar de una licitación."

Según Lencinas, los lectores deberían estar en manos de los veterinarios, el Pasteur, la policía y funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente, que administra los espacios verdes de la ciudad.

El funcionario dijo también que aquellas instituciones que hayan dispuesto la aplicación de chips (ver recuadro) deberán enviar los datos de los animales al Registro Unico, una vez aprobada la identificación.

El director del Pasteur señaló que este sistema se instrumentará progresivamente. "Habrá un período de concientización -dijo-. Pero esperamos que en 2002 ya funcione a pleno." Además, señaló que las veterinarias privadas deberán controlar que el animal tenga el dispositivo y opinó que quien no cumpla con esta norma debería ser multado.

Lencinas explicó que es necesario instrumentar este sistema debido a que "existe un desorden en cuanto a la tenencia de perros. El ciudadano es poco responsable". Y afirmó que con el nuevo dispositivo se establecerá una responsabilidad civil de los dueños de los animales.

Valor a los animales
Marta Gutiérrez, presidenta de la Asociación para la Defensa y los Derechos del Animal (ADDA), calificó a la forma de identificación como un documento de identidad para el animal.

Para Gutiérrez, no es incorrecto que se cobre por realizar la individualización. "Los fondos recaudados deberían estar dirigidos al cuidado y beneficio de los animales -aseguró-. Debería haber un control contra la reproducción indiscriminada y para eso se tendría que intensificar la esterilización quirúrgica."

Destacó que los animales vagabundos no tendrán su chip identificatorio y anunció que hará lo posible para que no sean sacrificados.
Esta medida aún genera desconfianza. Según Castello, hay temor en los dueños de los animales. Afirmó que, como él, la mayoría de los veterinarios no están bien informados. "Sólo nos enteramos de lo que pasa por los medios: no tengo la certeza de cuál es la finalidad de este proyecto", señaló.

Matías Cohen Con la colaboración de Gabriela Navarra
Pioneros en el uso del microchip

La Federación Cinológica Argentina (FCA) -entidad que registra a los perros de pedrigree- es pionera en el tema de la identificación electrónica: desde 1999 utiliza el microchip como método de identificación.
"Al principio decidimos abrir cursos que capacitaran a cualquier persona para realizar la tarea de identificador -comenta el abogado Néstor Pedro Frascino, secretario de la FCA-. Al poco tiempo, recibimos noticias del Consejo Profesional Veterinario de la Ciudad de Buenos Aires. Nos envió un comunicado en el que explicaba las razones por las que el trabajo debía estar a cargo de profesionales."
Se adoptó otra forma de aplicación: los veterinarios -si desean ser identificadores- deben dirigirse a la Federación para adquirir el objeto y dejar registrados sus datos. De esta manera podrán ser llamados cuando se requiera el servicio.

Según el secretario de la FCA, "el veterinario tendrá que apostar a aumentar su clientela y no a un gran rédito con una simple colocación, ya que nuestro país pasa por un momento económico muy complicado."

Explica la importancia de tener un lector en las veterinarias. "Tiene un valor de $ 295. Buscaremos colocar la mayor cantidad de lectores posibles en nuestras áreas, como las exposiciones caninas y, posiblemente, lograr un centro de identificación propio."

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