viernes, 31 de agosto de 2012

Un barrio en vilo durante 12 horas por el rescate de un perro

24 de agosto de 2012

Mendoza - En un extenso y solidario operativo en Godoy Cruz, vecinos y bomberos hicieron un boquete para salvar al animal que estaba atascado en una bocacalle. Un panadero que se introdujo en el hueco fue el héroe máximo de la jornada.


Un ex perro callejero que pasó más 12 horas debajo de una acequia en el barrio San Ignacio de Godoy Cruz fue rescatado en la madrugada del jueves con la ayuda solidaria de vecinos y bomberos voluntarios. Empleando sogas, palas y linternas, el improvisado y solidario grupo de rescate logró sacar al asustado animal luego de hacer un boquete en el asfalto. El héroe de la jornada fue un panadero -futuro policía- quien sacó al can de las húmedas y oscuras profundidades ingresando por un estrecho orificio. 


“Petiso” es un perrito que durante años fue maltratado y golpeado. Cuando logró escapar, vivió mucho tiempo en la calle, pero su sufrimiento terminó cuando Ana Zanguinetti lo adoptó junto a dos de sus amigos, “Negro” y “Chiquita”. 

“Todos los mediodías les abro la reja para que salgan a pasear un rato. Generalmente a los 20 minutos vuelven solos. Pero ayer, al ver que no volvían, los empecé a buscar por el barrio y las tres y media de la tarde encontré a “Negro” ladrando en una acequia”, explicó a Los Andes la dueña de los canes.

“Ellos son muy compañeros y siempre se cuidan así que me acerqué y me di cuenta de que ‘Petiso’ había caído a la acequia y estaba encajado, tirado, lleno de tierra y llorando. Fui a la municipalidad y me dijeron que llamara a los bomberos”, agregó la mujer, quien sufrió un resfrío luego de pasar horas esperando que su mascota pudiera salir de la bocacalle. 

Solidaridad en acción 
“A las siete de la tarde nos dimos cuenta de que había una señora iluminando la parte de abajo de la calle que conecta las acequias en la esquina de Pedro Goyena y Uspallata. Nos llamó la atención y, cuando nos acercamos a preguntarle, nos dijo que su perrito se había caído a la acequia desde el mediodía y no podía sacarlo porque estaba atorado ahí”, contó Sofía Fernández, vecina de la zona y testigo directo del hecho.

Los sollozos del perro y la angustia de su dueña activaron la solidaridad de unos 20 vecinos, que junto a los Bomberos Voluntarios de Godoy Cruz iniciaron el extenso operativo. Una unidad del Cuerpo se hizo presente y cuatro rescatistas intentaron retirar al animal de la encrucijada de cemento en la que se hallaba. 

Pero los esfuerzos fueron infructuosos ya que el grupo electrógeno del móvil no funcionaba y, para sumar dificultades, tras haber estado durante largo tiempo encendidas, las linternas de los uniformados se quedaron sin baterías. Sin embargo, eso no fue impedimento para que la solidaridad de los preocupados lugareños continuara en acción con sus linternas.

Finalmente, y una vez solucionado el desperfecto con el grupo electrógeno de los bomberos, el taladro hidráulico pudo perforar la bocacalle. Allí cobró protagonismo el “héroe” de la jornada: Marcelo Arévalo (31), futuro policía y maestro panadero de un comercio cercano. 

“Estaba llegando a trabajar a las 21 y vi a un grupo de personas en la esquina así que pensé que se trataba de un accidente y actué con mi criterio porque me falta poquito para recibirme de oficial de la policía”, explicó el maestro panadero que rescató al perrito. 

Y agregó, decidido: “Uno actúa con lo que le enseñaron por eso me decidí a bajar porque pensé que había una criatura debajo de la calle. Me fijé y era un perro. Automáticamente actué de la mejor manera que pude. Era una vida y yo, como policía, tengo que actuar para tratar de ayudar”.

“Me desabrigué, me pasaron herramientas y empecé a excavar los 20 centímetros de tierra seca que rodeaban al animal. Mi cuerpo entraba justo y con poco oxígeno hasta que me fui acercando”, detalló Arévalo. 

“Los bomberos llegaron, rompieron el asfalto y empezamos a sacar escombros. El único que podía entrar, por mi contextura física, era yo. Me acerqué al perro y seguí cavando con la ayuda de los bomberos que me agarraban de los pies”, siguió el uniformado. 

El esperado rescate
“El agujero que hicieron los bomberos era de 30cm por 30cm, así que con una mano levantaba al animal y con la otra le sacaba tierra. Una vez que saqué la tierra, aseguré el cuerpo del perro con una soga y después de cuatro horas lo liberamos”, concluyó orgulloso el futuro oficial de policía. 




Tras cavar y despejar la basura, la tierra endurecida y las raíces en la acequia cubierta, Arévalo pudo alcanzar al animal y, tomándolo de sus patas traseras, sacarlo de la profundidad. 

El operativo, que finalmente permitió liberar al animal, duró cuatro horas y el perro recién pudo salir a la superficie alrededor de las 2 de la madrugada de este jueves, luego de pasar más de 12 horas atascado en la cuneta.

“Como testigo y colaborador en este rescate considero destacable esta prueba de solidaridad y vocación de servicio por parte de los rescatistas , la colaboración de vecinos y una prueba del valor que cobra la defensa de la vida, en este caso, la de un infortunado animalito”, reflexionó Daniel Fernández, quien colaboró en el operativo.




Por su parte, la dueña de “Petiso”, que ya está repuesto del susto en su casa, concluyó conmovida: “Quiero agradecer especialmente a Marcelo y a los vecinos que se portaron de manera excelente. Fue increíble la solidaridad: unos traían café, otros me consolaban, otros llevaban sogas. La verdad es que estoy muy agradecida”.


Fuente: losandes.com.ar

2 comentarios:

Gustavo dijo...

DESPUES DE VER TANTA CRUELDAD CON LOS ANIMALES EN TODO EL MUNDO ES MUY RECONFORTABLE SABER QUE HAY GENTE DE BUEN CORAZON Y NOBLE,FELICITACIONES!!!!!!

Ludovica dijo...

¡Felicidades, Petiso!