viernes, 8 de marzo de 2013

¿Qué se esconde bajo el término "tenencia responsable? por Marta Dobry


POR MARTA DOBRY


El concepto de “Tenencia Responsable”, que según aseguran- es “la única y verdadera solución”. El objetivo al que –sostienen- hay que apuntar.

La definición que de ella hizo en 1995 la Comisión Técnica Asesora en Normas de Procedimientos para el Manejo y Control de Poblaciones de Animales en Centros Urbanos de la Provincia de Buenos Aires, del Ministerio de Salud de esa Provincia –y que es similar a la que se utiliza en el resto del mundo- dice:

"Definimos la TENENCIA RESPONSABLE como la condición por la cual una persona tenedora de un animal asume la obligación de procurarle una adecuada provisión de alimentos, vivienda, contención, atención de la salud, control de la reproducción y buen trato durante toda la vida, evitando asimismo el riesgo que pudiere generar como potencial agresor o transmisor de enfermedades a la población humana, animal y al medio ambiente."

Como se puede apreciar, para que alguien pueda quedar encuadrado en la categoría de persona “responsable”, según esta definición debería cumplir con mayores responsabilidades y obligaciones que las que se les fijan a los padres con sus hijos, y además, está claro que –según esta definición- los pobres jamás podrían ser considerados “responsables”…

Por otra parte, resulta algo insólito que no existiendo servicio veterinario público el ciudadano -so pena de ser considerado “irresponsable”- tenga la obligación de pagar por servicio privado para “procurarle a ese animal atención de la salud, control de la reproducción, (…) evitando asimismo el riesgo que pudiere generar como potencial agresor o transmisor de enfermedades a la población humana, animal y al medio ambiente”.

Nuestro desacuerdo es tanto conceptual como estratégico, porque
*se parte de una concepción de desvalorización y de desprecio por la gente, a la que –en perfecta maniobra de profecía autocumplidora- se termina definiendo implícitamente como “irresponsable”, lo que –además- es contraproducente, ya que genera una natural respuesta de rechazo;
y porque
*al fijarse un objetivo inalcanzable (porque… seamos sinceros: ¿quién puede cumplir con esa definición?), quienes hoy decidan regirse por este concepto condenan sus acciones al fracaso…

En nuestra opinión –si bien es un título que puede ‘sonar bien’- se trata de un criterio que no sólo no ayuda a avanzar sino que contribuye a sabotear cualquier avance. Porque tenemos la absoluta convicción de que en esta etapa del proceso, se debe poner el foco en lograr que exista un Estado responsable. Y recién cuando se haya logrado ese objetivo, habrá llegado el momento de exigirle a la gente mayores responsabilidades.

Los enfoques que descalifican y desprecian a la población impiden modificar positivamente. Y no se obtienen buenos resultados cuando desde los poderes del Estado se insiste en ver a los ciudadanos desvalorizándolos y actuando con ellos como si fueran “el enemigo”, a quienes -empleando el criterio medieval de que “la letra, con sangre entra”- se pretende ‘educar’ a través de penas, multas y sanciones.

Por el contrario, en nuestra opinión, la idea es trabajar desde el concepto de que sólo cuando el Estado da el buen ejemplo y colabora con la Comunidad, encuentra ciudadanos dispuestos a responsabilizarse y a colaborar en correspondencia.

Pero aun suponiendo que se coincidiera con el concepto general y que fuera un objetivo posible… o deseable… se trataría –incluso- de un error que podemos denominar “cronológico”, ya que es como querer empezar por el final… Porque lo cierto es que si lo que se pretende es “educar a la gente para lograr la Tenencia Responsable”, lo primero que debería hacerse en esta etapa es formar a los “maestros” que tendrían a su cargo tal tarea. Y para lograrlo, está claro que –como primera medida- habría que desterrar por completo en esos educadores las ideas (y las prácticas) referidas al sacrificio de animales, ya que –de lo contrario- sus “enseñanzas” resultarían poco creíbles…

Y si bien alguien podría suponer que el concepto de Tenencia Responsable se ha tratado de imponer porque (a través de varias de sus múltiples exigencias) produciría –hipotéticamente- beneficios económicos al sector veterinario privado, la realidad que vive la mayoría de las personas hace que tales beneficios sólo sean una fantasía… Pero –aunque no lo fueran- lo fundamental es –y seguirá siendo- que quienes tienen responsabilidades de gobierno tengan muy presente que ningún interés sectorial puede estar por encima del interés y de las necesidades de la Comunidad.

Para terminar con este tema de “Tenencia Responsable”, sí pensamos que –sin duda- es una aspiración genuina que los animales tengan ¨dueños¨ capaces de brindarles las mejores condiciones de vida, y que –en muchos casos- hoy no pueden resolverse situaciones en las que no reciben buen trato porque la única otra opción que se les ‘ofrece’ es la muerte.
También aquí se ve lo extemporáneo del concepto, porque tal vez, entonces, deberíamos pensarlo en estos términos: “A menor cantidad de animales, se podrá pretender mejor ‘calidad’ de dueños”.

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