Un perro no muerde sin motivo, alertan - Nota Informativa

Las causas, explicó Claudia Edwars, académica de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la UNAM suele ser la provocación

GEOVANA ROYACELLI

geovana.royacelli@eluniversal.com.mx

Expertos recomiendan no acariciar
a un perro en la cabeza,
pues puede responder con una agresión
(Foto:EL UNIVERSAL)

Todo puede ocurrir en un instante, un movimiento brusco sin aviso y los colmillos ya están ahí, fijos sobre cualquier parte del cuerpo, aunque la cara es el lugar más común. Son ataques de perros y las víctimas frecuentes suelen ser niños.

Las causas, explicó Claudia Edwars, académica de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), suele ser la provocación. “Generalmente las mordeduras de perros ocurren en casa, son los propios animales de compañía los que lo hacen pero como mecanismo de defensa o instinto”.

Cuando ocurre un accidente en el que un perro muerde se tiende a culpar al animal; sin embargo, en la mayoría de los casos, los niños son quienes, sin querer, molestan al animal, lo agreden o lastiman y éste actúa y muerde.

La especialista resaltó que los animales no deben ser satanizados, sino que se deben comprender sus movimientos, saber identificar cuándo no es bueno acercarse a ellos y enseñar a los niños a respetarlos y cuidarlos.

El Hospital Pediátrico de Tacubaya de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, atiende, entre otros múltiples pacientes, a aquellos de entre tres y 12 años que fueron mordidos por perro, y aunque en la mayoría de los casos las lesiones son leves, podrían prevenirse.

En lo que va del año, han atendido 12 casos por mordedura de perro, nueve fueron en la cara y el resto en brazos y piernas. En 2011 fueron atendidos 21 casos y el promedio de edad varía entre los tres y 14 años, mayoritariamente, indica Miguel Viera Nuñez, jefe de Cirugía Plástica de esa institución.

Gustavo Larios Velasco presidente de la Asociación Mexicana por el Derecho de los Animales (AmedeA) explicó que hay razas especialmente nobles y pacientes con los niños, como son los Bóxer, Labrador y Golden. “La gente suele creer que un perro chiquito es menos peligroso, pero muchas razas pequeñas son mas nerviosas e impacientes que las grandes”, comenta.

Respuesta instintiva

Un factor recurrente en las mordeduras es la agresión previa de los niños a los animales, y es por tanto una respuesta instintiva la que llega a hacer que un perro muerda. “Un perro, sin motivo alguno, es prácticamente imposible que ataque a nadie y menos a un niño, pues el espíritu de los perros es protector”, dijo el especialista.

Claudia Edwars explicó que es importante que los niños aprendan a acercarse a un perro, y entre las recomendaciones están: que el niño se dirija al perro llamándolo por su nombre, debe aprender cuáles son las señales ante las cuales no debe acercársele, como cuando el animal esté tenso, enseñe la punta de los colmillos, lo mire fijamente, ponga las orejas hacia adelante, se le erice el pelo y levante la cola.

No se debe acariciar al perro en la cabeza, para hacerlo, se debe cerrar la mano y ponerla debajo de la nariz para que el perro lo huela y así poder acariciarlo. Los mejores lugares para hacerlo son el pecho y la barba, una vez que el perro no presente ninguna resistencia para dejarse acariciar ya se puede hacer en otras partes del cuerpo.

Destacó la importancia de que un niño, nunca, sin importan que tan familiarizado esté con un animal debe dejarse lamer la cara o estar sólo con él, en cuanto a los adultos, para evitar una mordedura deben agacharse a la altura del perro y acariciarlo como ya se explicó.

Nelly Glatt, psicoterapeuta y especialista en la prevención y tratamiento de la violencia, argumentó que “es fundamental educar al perro para que aprenda a socializar y convivir en familia. Tener un animal en casa, además de hacernos responsables por otro ser vivo, nos brinda la oportunidad de enseñar y modelar el respeto que debe tenerse por cualquier otro”.

Fuente: El Universal